LA HORA DEL CUENTO
En esta entrada comentare el taller
de cuentacuentos que hicimos el pasado jueves en la clase de literatura
infantil.
La hora del cuento es uno de los
momentos preferidos para los más pequeños y por eso debemos aprender a preparar
las diferentes estrategias que se dan en el aula.
No es fácil crear un ambiente
tranquilo y conseguir que todos los niños en clase estén atentos pero si
podemos escoger la estrategia que más les guste a todos y poder disfrutarla aún
más.
Una de ellas es el cuentacuentos,
que son relatos que se transmiten oralmente y sin un papel o guion de ayuda. Es
una estrategia muy útil para fomentar la imaginación de cada niño.
Otra estrategia es la narración de cuentos, es decir, contar con tus propias palabras el cuento enseñando a su vez las ilustraciones que este contiene sin leerlo. Los niños podrán disfrutar de la historia con el apoyo de las ilustraciones. Esta estrategia se parece al cuentacuentos ya que no se trata de lectura.
La tercera estrategia que hicimos
fué lectura de cuento, la cual ya si supone leer el cuento tal y como esta
escrito pero pudiendo entonar la voz de diferente forma para que esto suponga
más diversión.
Como maestros debemos saber elegir
un cuento que sea adecuado para cada curso.
En mi caso, he hecho narración de
cuento ya que en estas ultimas prácticas he realizado alguna narración y me ha
parecido interesante y he observado que tanto a los niños como a mí, como
maestra, es más entretenida y da más juego e interacción con los niños.
El cuento que he escogido se titula
“De verdad que no podía” ya que considero que para esta estrategia las
ilustraciones tienen un papel muy importante y en este cuento son bastante
graciosas y similares a situaciones de la vida real.
He escogido la edad de 4-5 años,
pero podría contarse en toda la etapa de infantil de 3-6 años. Es un libro que me parece muy sencillo de contar y tiene ilustraciones graciosas que facilitan que los niños entiendan el cuento y lo disfruten.
Prepararme la narración no me costó
mucho ya que había trabajado antes con el libro y me sabia la historia, me
basto con leerlo un par de veces y contar la historia en alto otras dos veces.
Lo que más pensé fueron las
intervenciones que podría hacer en cada momento.
En el momento de contar el cuento,
la primera vez que lo conté me sentí bastante agusto a medida que iba contándolo
ya que me ayudaba de las imágenes y las personas a las que le contaba el cuento
eran Andrea y Maria, compañeras con las que me junto todos los días. Por lo
tanto no tuve ningún problema.
Tuve la sensación de que el cuento
les gustó y al finalizar me dijeron que lo había contado bastante bien y que
como consejo para la próxima podría empezar introducción una pregunta a los
niños de cinco años.
Las otras veces empezaba
preguntando si se les ocurría de que podría tratar el cuento solo viendo la portada,
ya que puede sugerir bastantes cosas.
Las siguientes veces que lo conté
me puse algo nerviosa ya que no es lo mismo contar un cuento a un niño que a un
adulto, pero supe contarlo sin problema. Por otra parte se me olvido hacer las
preguntas que tenia pensado hacer mientras lo contaba y al finalizar el consejo
que me dieron fue ese mismo, hacer alguna intervención entre medias para captar
la atención de los niños y hacerlo más ameno.
Para concluir me gustaría decir que
he aprendido la diferencia que hay entre las distintas estrategias y me gustaría
aplicarlas en mi futuro como docente ya que es una parte importante en los
momentos en escuela.
Me parece una actividad motivadora, entretenida y de eficacia para practicar el cuentacuentos.
También añadiré que los cuentos de
mis compañeros me encantaron y también los contaría o leería en mi futura
clase.
BIBLIOGRAFÍA
Labajo, I (2019). Apuntes de
literatura infantil.
Perfecto.
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